EL MOMENTO EN QUE LO IMPORTANTE VA ANTES QUE LO URGENTE |
Nos pasamos la semana de trabajo apagando fuegos. Siempre hay urgencias que absorben nuestra atención. Nunca hay tiempo para frenar, dedicar tiempo a hacer un buen diagnóstico, o diseñar una estrategia que nos ayude a resolver lo realmente importante. |
La innovación es una oportunidad para echar a un lado las urgencias que ocupan el día a día de la función pública, y abrirte a asuntos de más calado, a temas realmente esenciales que tienen que ver con los contenidos y las formas de cómo hacemos las cosas. |
¿Qué podemos aprender innovando?
Repites y repites un procedimiento de gestión que no parece eficiente, ni eficaz. Como siempre se anda con prisas, nunca hay tiempo para cambiarlo.
Todo el mundo sabe que está mal diseñado, o gestionado, pero nadie hace nada para modificarlo, porque no hay tiempo para frenar y pensar en ello. Ese es el momento de innovar, de poner el foco en el problema, ese que venimos posponiendo hasta la eternidad, para acabar de resolverlo con una solución imaginativa.
Solo hay que centrarse y ponerse manos a la obra. Crear un equipo y dedicar tiempo a mejorar eso que no funciona.
Después, cuando ves los resultados, te das cuenta que cambiar eso era lo importante, y no se hacía porque sólo nos dedicábamos a paliar lo urgente.