La palabra “innovación” corre el riesgo de convertirse en una palabra comodín que sirva para todo y que, por tanto, no ayude a descubrir nada. Hay personas que tienen mitificada la innovación, asociándola exclusivamente a los laboratorios, la I+D o la tecnología. Otras le atribuyen poderes mágicos y creen que es una actividad que sólo se puede llevar a cabo por personas dotadas de un talento único. |
La definición que, a partir de ahora, vamos a usar para la innovación es ésta...
CONCEPTE |
Vamos a desgranar el concepto, para asegurarnos que se entiende bien: | |
Novedad significativa: Cualquier cambio no es innovación. Hablamos de cambios “significativos”, o sea, que aporten algo sustancialmente distinto a lo que había antes. | |
Resultados con impacto: Las ideas por sí solas no son innovación. Esas ideas deben ser puestas en la práctica, deben tener un impacto en la realidad. | |
Percepción de valor: Ese impacto debe generar valor para alguien. Al innovar se transforman ideas en valor, y éste debe ser percibido por algún colectivo beneficiario. No basta con que quien innova suponga que eso aporta valor, sino que tiene que haber evidencias de que ese valor es percibido por otro/as. Percepción de valor: Ese impacto debe generar valor para alguien. Al innovar se transforman ideas en valor, y éste debe ser percibido por algún colectivo beneficiario. No basta con que quien innova suponga que eso aporta valor, sino que tiene que haber evidencias de que ese valor es percibido por otro/as. |
Otra forma coloquial de entender la innovación, en términos más laxos, es: “Aplicación de nuevas ideas para conseguir mejores resultados”. La Wikipedia, por su parte, habla de la creación de “algo nuevo” y su “puesta en valor en la realidad”. |