Si has entendido las diferencias entre “innovación” y “mejora continua”, te va a ser más fácil comprender que las dinámicas que pautan la gestión de la Innovación son de una naturaleza bastante diferente que las de los sistemas de Calidad. |
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Si bien ambos ámbitos necesitan de un sistema, o sea, de procedimientos que permitan sistematizar prácticas, el de Calidad busca sobre todo la estabilización de procesos y su mejora mediante acciones preventivas y correctivas; mientras que el de Innovación se plantea modificar y transformar el modo de hacer las cosas. |
Los sistemas de Calidad buscan perfeccionar procesos, estabilizar y afinar procedimientos con el foco puesto en minimizar fallos. Una vez que se crea un proceso, Calidad procura protocolizarlo activando mecanismos para asegurarse que se realiza cada vez mejor. Por el contrario, Innovación se cuestiona el propio diseño o proceso para introducirle cambios. |
La calidad es 100% eficiencia (perfeccionismo), mientras que innovación es 90% de error (riesgo).
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Esa diferencia de naturaleza marca mucho el modo de gestionar cada una. Ninguna persona que promueva la Innovación se plantearía como objetivo reducir la variabilidad en los procesos, que suele ser un objetivo de Calidad. Lo que busca precisamente es lo contrario: experimentar cosas nuevas para ver si funcionan, aceptar los errores como fuente de aprendizaje, y sacar provecho creativo de la variedad o diversidad de situaciones que se dan en los procesos enriquecidos y personalizados. |
La innovación significa introducir cambios significativos y, por tanto, aumenta la probabilidad de cometer errores porque se hacen cosas nuevas. Los sistemas de calidad, con sus procesos de mejora continua, lo que buscan es lo contrario: minimizar los errores.
Después que Innovación introduce el cambio, viene Calidad para perfeccionar y estabilizar el impacto de ese cambio. Ambos sistemas se necesitan.
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