La innovación pública, a diferencia de la privada, aporta valor público, en vez de lucrativo.

La innovación pública, a diferencia de la privada, se obliga a incrementar los ingresos generados por los servicios públicos.

La innovación pública, a diferencia de la privada, pone el foco en aumentar el valor percibido por la ciudadanía de la acción pública.

La innovación pública, a diferencia de la privada, introduce una novedad significativa que genera valor.

La innovación pública, a diferencia de la privada, busca contribuir a la creación de comunidad, equidad y capital social.

La innovación pública, a diferencia de la privada, implica necesariamente más ingresos fiscales y menos gasto público.

La innovación pública, a diferencia de la privada, su impacto se mide siempre a corto y medio plazo.

La innovación pública, a diferencia de la privada, tiene que respetar principios como la igualdad de oportunidades, la solidaridad y la co-responsabilidad cívica.

La innovación pública, a diferencia de la privada, debe gozar de legitimidad social.

La innovación pública, a diferencia de la privada, considera a la ciudadanía como clientes, pero sin cobrarles por ello.

La innovación pública, a diferencia de la privada, fomenta la competencia entre entidades públicas, y también con las privadas, para mejorar.

La innovación pública, a diferencia de la privada, debe competir contra sí misma, y colaborar con otras entidades públicas.