Las innovaciones siempre suponen mejoras, pero todas las mejoras no son necesariamente innovación: Para que haya innovación, tiene que haber algo “significativamente” mejorado. El requisito de “novedad” tiene que ser más exigente que el que se usa para un cambio o mejora cualquiera. |
Pero… ¿cuándo una mejora o novedad es “significativa” para que podamos considerarla una innovación?
1.Cambio importanteLo es cuando implica un cambio importante, relevante, respecto de lo que había hasta ese momento. Así que para saber si una mejora es innovación, hay que comparar el cambio producido, o que se propone realizar, con las mismas soluciones que existen ya para el mismo problema. 2.Cambio que crea alguna cosa diferentePor lo tanto, no podemos saber si una mejora de un proceso, producto o servicio cumple el requisito de “novedad significativa” hasta que no nos informemos bien de cómo son los procesos, productos o servicios actuales, y en qué medida el cambio propuesto contribuye a generar algo realmente diferente a lo que había. 3.Cambio perceptibleUna forma de discernir entre “innovación” y “mejora continua” es preguntarnos si podemos identificar un momento concreto en que ese cambio con impacto es perceptible por los usuarios. 4.No es una mejora continuaLo que llamamos “mejora continua” es perfeccionamiento, no innovación. Son cambios continuos, sistemáticos, casi imperceptibles, cuya acumulación en el tiempo terminan generando una percepción de mejora. En el caso de la mejora continua, no es posible identificar un punto o momento en el que se ha introducido un nuevo enfoque o solución como sí ocurre con la innovación. Ejemplo
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Diferencias entre la gestión de la innovación y la gestión de la calidad...